Las dos caras del aborto legal en México: #TodosSomosElsa y #SeráLeyEdomex
De lo que va del 2021, el tema del aborto legal ha estado más caliente que nunca antes en México: tanto Hidalgo como Veracruz han logrado despenalizar el aborto; mientras que estados como Puebla y el Estado de México, han batallado diariamente porque sus congresos siquiera escuchen a las agrupaciones feministas que apoyan su legalidad.
Durante los últimos dos meses, julio y agosto de 2021, la polarización existente en materia del aborto legal se ha vuelto mucho más evidente.
Durante la semana del 9 de agosto, el escenario en este asunto se dividió drásticamente: por un lado, el hashtag #TodosSomosElsa, respecto al apoyo de una diputada queretana provida, se volvió tendencia en redes sociales; y por otro, el Congreso del Estado de México reacciona con gas y agua a chorro ante feministas que exigen la despenalización del aborto, bajo otro hashtag #SeráLeyEdomex.
Pro-vida vs. Pro-aborto
El aborto es un asunto añejo que ha circulado en la humanidad desde el inicio de las sociedades antiguas; su legalidad ha sido un asunto fuertemente debatido desde el aspecto moral, social, de salud, de feminismo, de derechos humanos y hasta desde la religión.
En el mundo contemporáneo, es decir lo que va del siglo XXI, se convirtió en un tema caliente desde que en 2003 Argentina lo colocó sobre el spotlight. Durante ese año el tema del aborto legal cobró fuerza como nunca antes se había visto, y para 2005 se creó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
Esta campaña dio pie a una de las consignas más famosas de la llamada Marea Verde: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Esta frase no sólo busca ser una suerte de eslogan al movimiento, sino que destaca una situación que muchos grupos opositores suelen omitir al hablar de la legalización del aborto: la falta de una educación sexual.
Si bien la carencia de una educación sexual integral es un tema, en apariencia, en cierto modo ajeno al tema del aborto; es importante tenerlo presente siempre al momento de debatirlo. Para muchos grupos opositores (pro-vida), el aborto es una medida “extrema e inmoral”; una medida que denota la irresponsabilidad de las mujeres.
Aunque rara vez se habla de cómo la sociedad y el Estado no promueven que dicha “irresponsabilidad” sea mitigada; no se detienen a ver las razones que llevan a una mujer, o persona gestante, a practicarse un aborto. Incluso han buscado la manera de satanizar y denigrar sus razones, enfocándose sólo en el acto “de muerte” que realizan.
Las decisiones que tiene una persona sobre su cuerpo no deberían estar a discusión abierta; por ello los pro-vida se han respaldado en la idea de que se trata de dos vidas, en nociones religiosas, de inmoralidad. Dejando de lado aspectos como ¿qué haría una niña de 14 años con un bebé a su cargo? ¿qué haría una persona con el producto de su violación? ¿o una mujer que ya tiene cuatro hijos y vive en condiciones de pobreza extrema?
¿Qué soluciones ofrecen ante estas problemáticas? A veces la respuesta es que ni siquiera se platean estos cuestionamientos; están sesgados a su verdad.
El caso de Elsa Méndez Álvarez, diputada local independiente de Querétaro, se volvió Trending Topic (TT) debido a la audiencia a la que debía asistir tras ser acusada por promover la discriminación y odio por la comunidad LGBTTTIQ+.
Este hecho se remonta desde enero de 2020: cuando Luis Felipe Zamudio Burgos, activista a favor de la comunidad LGBTTTIQ+ y presidente de la organización Centro de orientación e Información de VIH/SIDA; acusara a la diputada bajo la carpeta de investigación CI/QRO/858/2020, por sus recurrentes discursos de discriminación y odio por las diversas orientaciones sexuales y de identidad de género en sus redes sociales y declaraciones públicas.
Elsa es conocida por ser una persona “a favor de la vida”, que se caracteriza por hacer esta opinión pública y una bandera de su línea política (conservadora).
Debido a la pandemia y las justificaciones por parte de la diputada, la audiencia se retrasó hasta el pasado 11 de agosto. Previo a dicha audiencia el hashtag #TodosSomosElsa comenzó a circular en redes sociales, para acuerpar virtualmente a la queretana, justificando que sus mensajes de odio se trataban de un ejercicio de libertad de expresión y, por tanto, procesarla por ello sería coartar dicho derecho humano (*inserte ojos de huevo cocido*).
Si bien este TT levantó mucha polémica, al igual que su continuo discurso pro-vida; el juez finalmente falló a su favor por no contar con argumentos jurídicos para vincularla a proceso. Varias agrupaciones pro-vida, como el Frente Nacional por la Familia, celebraron este fallo que, a sus ojos, “salvaguarda su libertad de expresión”.
Por otro lado, desde principios de agosto, agrupaciones feministas del Estado de México (con más de 130 colectivxs, organizaciones y activistas) comenzaron un diálogo con diputadas de la LX Legislatura del Congreso local, en materia de la despenalización del aborto.
Si bien se les prometió sostener debates abiertos; con mesas de trabajo que contemplasen e incluyeran las necesidades y circunstancias reales de las mujeres y personas gestantes; la respuesta del Congreso no ha sido favorable para dichos grupos.
La presión por parte de feministas comenzó desde redes sociales el pasado 3 de agosto, con un “Pañuelazo Virtual”; el cual consistía en compartir una foto con alusión al pañuelo verde y los hashtags #SeráLeyEdoMéx #AbortoLegalEdomex. Rápidamente se volvió tendencia y varios colectivos alrededor de la República se unieron.
Conforme los días pasaron el Congreso parecía no estar interesado en sostener un debate real ni de escuchar lo que había que decir al respecto. Por lo que, para el 10 de agosto, se convocó a un “Pañuelazo Presencial” para partir de la Plaza “González Arratia” hacia la Cámara de Diputados en EdoMex.
Al llegar al Congreso la situación se calentó rápidamente, feministas comenzaron a aglomerarse frente a la puerta principal, exigiendo lo que se les habían prometido; la respuesta de la institución fue gasear a las participantes y echarles agua a chorro. Durante la manifestación hubo un par de heridas y el Estado mexiquense demostró su poca empatía hacia lo que está en juego: el derecho a decidir.
Esta situación denotó gran indignación en todo el país. El trato que se le dio a estas personas activistas es intolerante y sólo reitera las nulas intenciones que tiene dicha Legislatura por escucharlas.
(Es importante recalcar que esta práctica se ha vuelto algo común dentro de las entidades federativas más conservadoras de México. En el estado de Puebla la situación es similar e incluso se comienza a forjar un patrón en común: feministas protestan / diputados ceden ante la presión social / diputados y feministas firman acuerdos / feministas cesan presiones / diputados incumplen acuerdos / el ciclo se repite).
¿Qué quiere México: aborto sí o aborto no?
Estos acontecimientos demuestran cuán polarizada está la opinión pública respecto a la despenalización del aborto (y otros temas, como la educación sexual y el apoyo hacia la comunidad LGBTTTIQ+).
Y la pregunta de: ¿aborto sí o aborto no? No es una cuestión que pueda determinarse basado en aspectos religiosos y morales; ni siquiera es una pregunta que deba ser planteada. A esto sumemos que, en una época como la que vivimos, hay factores mucho más relevantes que entran en juego: como un embarazo riesgoso, un embarazo adolescente, un embarazo producto de una violación, de una violación incestuosa.
Es un debate que estará con nosotros durante mucho más rato; ya que, por el momento sólo cuatro entidades (CDMX, Oaxaca, Hidalgo, Veracruz) de las 32 existentes en el país han despenalizado el aborto, es decir un 12.5 por ciento.
Este es un tema que va para largo, pero con suerte poco a poco los congresos del país se abrirán al diálogo y las necesidades de su gente.
[PS: Este artículo inicialmente iba a ser publicado en otro lugar, pero preferí publicarlo aquí a dejarlo morir al olvido, aunque sea a destiempo,].
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